Fue un día duro, sobre todo por la tarde. Fue plantar los Gigantes en la calle y empezar a diluviar. Ya calados, nos refugiamos dentro del colegio Joaquín Costa. Paró la manta de agua un rato y se decidió salir. Nos asignan el segundo gigante y comenzó la maratón. Todo el mundo tenía prisa para ganar tiempo y llegar a la hora. Nuestro gigante pasaba de nosotros y se pegaba al primero como si quisiese adelantarlo ¿?¿?¿ Imposible seguirlo y más imposible aún hacer razonar a los dos porteadores para que comprendiesen que debían ir junto con nosotros. Las prisas tenían preferencia sobre todo lo demás, al menos en ese gigante número 2. En fin... Y de nuevo el diluvio, y todos calados hasta los huesos, con los instrumentos chorreando, y más carreras,... Pocas veces hemos sufrido un desfile con gigantes más caótico. Pero bueno, llegamos a destino y ya está. No era poco.
Por la mañana la jornada había sido más agradable participando en el programa de Alberto Turón en Aragón Radio. Se puede escuchar el podcast pinchando aquí
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