Llegábamos sobre las 19,30 tras hacer un pequeño alto en el camino en Huesca para recoger a la gente de los Gaiters de Tierra Plana que se nos unían para que el sector gaitas sonara como un cañón. Ena es un pueblo digno de visitar por sus gentes y la atmósfera que se respira. La infame carretera y los servicios con los que cuentan hace que conozcas el verdadero significado de la palabra valiente. Porque hay que ser valiente o, simplemente, querer mucho a tu tierra y tener un par de cojones, para vivir allí. Médico cada 15 días, la farmacia más cercana en Ayerbe, electricidad bajo mínimos,... son unos héroes.
Las fiestas de este año estaban marcadas por la muerte de varios vecinos, alguno de ellos activos participantes en la vida del pueblo. Así que lo primero que se hizo fue ofrecerles un sencillo y emotivo homenaje. Después comenzó una ronda diferente, más corta en cuento a recorrido y casas abiertas, por respeto y solidaridad con las familias. Pero las ganas de los enenses por divertirse se impusieron y, poco a poco, la temperatura fue subiendo. Sería la sangría, serían los porrones de vino, sería la sidra, serían nuestras canciones... pero Ena se levantó una vez más y la fiesta ganó a todo lo demás.
Desde aquí queremos agradecer a todos los asistentes el trato dispensado a estos gaiteros y animarles a seguir luchando, a pesar de que las instituciones les han dejado sin apoyo para ese Festival que llevaban organizando desde hace años en noviembre.
¡¡¡Entalto Ena!!!!
Ah, y que no se me olvide: volviendo a Sabi, Finestra cazó una liebre. :-D
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